Al llegar la adolescencia los hijos salen a un mundo muy diferente al del hogar. Sus amigos piensan distinto. Por contraste, lo aprendido en casa resulta casi ridículo, y todo tiende a saltar por los aires de manera irreversible. ¿Para qué formar, si luego se los lleva la corriente ante nuestros propios ojos sin que podamos hacer nada?El autor defiende en este libro la importancia de enseñar a respetar al diferente, y de hacerse respetar como diferente. Esta perspectiva redimensiona el modo de educar, y exige un cambio de paradigma, en un mundo donde ya no hay sitio para burbujas ni invernaderos.La crítica ha dicho:«El libro es un manual para padres que no olvidan la importancia de ser claros y de transmitir a los hijos unas convicciones sólidas, pero que son realistas y saben el océano al que les lanzan cuando se deciden a cortar el cordón umbilical que tan estrechamente los une.»Josemaría Carabante, Aceprensa«Estamos ante un ensayo pedagógico destinado fundamentalmente a padres que buscan proteger a sus hijos del actual contexto social permisivo y anticristiano.»Fernando Jadraque, Delibris
