Decía Mae West "Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala soy mucho mejor". Los papeles Disney de princesitas frágiles y delicadas frente a las brujas, madrastras cargadas de incertidumbre y profundidad. Las buenas, angelicales, platónicas y bellas, las malas oscuras, pasionales e impetuosas. Unas nunca rompen un plato, las otras destrozan la vajilla a golpe de varita.