Como apunta el propio autor, «DESDE MI SOLEDAD es un poemario dividido en tres capítulos de contenido muy diferenciado entre sí». A ti lector. Capítulo donde la carga intimista de sus versos está estrictamente dirigida a quien mima este libro con sus manos y sus ojos. ¿Cómo se evalúa el dolor, / que me escarba en las entrañas, / que no mata, / que lacera?, le pregunta el escritor a este aludido lector. Pensamientos adversos. Aquí confiesa el poeta que «es una llamada al encuentro entre dos antagónicas ideas»; pero lo que inequívocamente hace Adolfo con este compendio de versos, es denunciar los efectos negativos de la aberración política que asola a la gente que un día le abrió sus brazos, la tierra que sin condiciones lo acogió: Cataluña. ¡Me gustaría ver en el puerto / el cencío de la inocencia; / me agradaría ver enterrada / la marea de los odios, / el negro pleamar de nuestra historia! Versos para el amor. Pocos deben ser los poetas que no han escrito al amor, y menos si se han hallado en soledad. En las metáforas de Adolfo Caballero Guirado siempre hay cabida para este sentimiento que reverencia a la pareja. De tanto amarte / apenas me que dan horas de resuello, / he gastado mi vida en tu alegría. / Mis noches fue ron nanas de mayores / canta das entre jadeos y gemidos / de torsos desnudos en el lecho.
Virgilio Doragui
