1938, París. Ludwig Fresenburg era cirujano principal en un hospital alemán. Pero, tras escapar de los nazis y convertirse en refugiado político en París, ahora se hace llamar Ravic y malvive como puede, con unas condiciones de trabajo pésimas y rodeado de alcohol y relaciones sentimentales sin ningún futuro… Hasta que conoce a Jeanne. Porque esta novela es, ante todo, una novela de amor. Amor que pudo ser total, que pudo ser puro, pero que es incompleto y turbulento. Amor y también venganza, que Ravic logra satisfacer. Jeanne Madou le da el amor, y Haake, el verdugo, el instrumento con que la Gestapo troncha su vida y su carrera, la ocasión de vengarse. Lo demás es la vida incierta y sobresaltada del hombre sin nombre, sin origen y sin destino; excepto uno, el más cruel: ser devuelto al horror nazi del que huyó. Porque, aunque el símbolo de Francia, el Arco de Triunfo, se hunda en la oscuridad de la guerra, y aunque Ravic se enfrente a un futuro negro, está emocionalmente listo para sobrevivir. Con Arco de Triunfo, Erich Maria Remarque nos muestra de nuevo uno de sus temas favoritos: los individuos impotentes y enajenados que encuentran la fuerza interna para la supervivencia bajo opresión totalitaria. Y ello siempre con el telón de fondo de la guerra entre la realidad y el idealismo, con la crudeza y el lenguaje emotivo que caracterizan al autor de la aclamada e indispensable obra Sin novedad en el frente.