Dos chicas que charlan por el móvil mientras esperan a los invitados. En la calle se escuchan disparos y explosiones; hasta que un día la televisión empieza a hablarles, animándolas a que huyan. Un pobre diablo que sirve mesas disfrazado de Buda, gracias a una tecnología de quita y pon que te echa cien kilos encima y se que fusiona con tu carne a nivel ADN; el problema llega cuando el software que administra su traje de carne deja de funcionar y el servicio técnico te deja en espera. Un ministro que recibe instrucciones para perpetrar un chanchullo urbanístico que a la postre resulta ser otra cosa, mucho más oscura. Los drenados, individuos que tras ser enchufados a una computadora generan audiovisuales basados en sus vivencias, y protagonizan una producción televisiva ambientada en una Andalucía soberana que tras una guerra fraticida se ha convertido en una combinación de Marruecos con Corea del Norte. Dos homosexuales en estado de narcosis, en eterna búsqueda de un significado, tirados en la cama, mirando una caja de opciones.
«Estabulario» es como el hábitat controlado en el que se experimenta con las ratas en los laboratorios. Una colección de seis relatos largos que, si tuviera su propia nube de keywords, serían Televisión, Alucinógenos, Software, Telefonía móvil, Religión, Sexo, Internet, Islamismo, Franquicias, Sociedad 2.0 y Apocalipsis.
«Estabulario» es un libro de relatos dotado de un increíble talento creativo que auna referencias a J. G. Ballard, Stanis322;aw Lem, Rafael Chirbes y David Cronenberg, y al universo de series como Black Mirror y Twilight Zone.